Hay un cuento muy famoso que es el de Pedro y el lobo. La historia es muy sencilla, pero su moraleja viene que ni al pelo para describir lo sucedido anoche en Supervivientes All Stars y lo ocurrido con Adara Molinero. En el cuento Pedro se divierte engañando a la gente de su pueblo diciendo que viene el lobo cuando el lobo nunca viene. Eso lleva a que el día que el lobo viene de verdad, nadie le cree y todo termina en desgracia. Con Adara Molinero pasa algo similar, pero sin desgracia en el final.
Decía William Shakespeare que "con el cebo de una mentira se pesca una carpa de verdad" para explicar que una mentira puede ser el detonante para descubrir una gran verdad. La verdad descubierta anoche es que Adara necesita imperiosamente ser el centro de atención, que se la mime, que se la demuestre que se la quiere en los realities, que le digan lo maravillosa, lo fantástica, lo grande que es. Es como una especie de carbón para su caldera. Cuando en su interior algo le dice que necesita más recurre a lo que vivimos anoche en Supervivientes All Stars.
Sí, todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión, a pesar de sufrir un terrible ataque de pánico y a los tres días estar preparada. No pongo en duda eso, pero lo de anoche se mire por dónde se mire, fue una mascarada apoteósica.
El pasado jueves Adara Molinero había abandonado Supervivientes All Stars antes incluso de empezar. La considerada reina de los realities no pudo siquiera tirarse del helicóptero. Algo en su cabeza se rompió al recordar todo el sufrimiento que pasó en Supervivientes 2023 y su mente se bloqueó. Sufrió un auténtico ataque de pánico que no se puede poner en duda porque solo hacía falta verla y escucharla para saber que aquello no podía ser una pantomima. Dijo cien veces que se iba, que abandonaba, que ella no podía. Y muchos, me incluyo, la creímos.
Setenta y dos horas después, la Adara rota, la Adara muerta de pánico, la Adara sufridora ya no existía. Si lo del jueves pasado fue la verdad, lo de anoche fue un teatrillo que se convirtió incluso en un insulto para el resto de sus compañeros.
De la Adara Molinero del pasado jueves a la de anoche parecía que habían pasado años o, más bien, parecía otra persona por completo. Sí, todo el mundo tiene derecho a reponerse, a cambiar, a pensar y elegir, pero lo de anoche fue tan descarado que nadie, ni siquiera los supervivientes que están allí se lo podían creer. Solo hay que fijarse en sus caras cuando Adara entró en la palapa; sólo había que ver sus gestos cuando Adara entró arrasando con todo a su paso; solo había que mirarles a los ojos cuando Adara volvió a ser la Adara que tantas veces hemos visto en tantos realities.
La pregunta es qué le pasó a Adara Molinero en estas 72 horas en Supervivientes All Stars para que el jueves no pudiera hacer frente a absolutamente nada y abandonara, y anoche fuera una persona completamente diferente. Sí, es verdad que en la primera conexión con Jorge Javier Vázquez, cuando todavía no había comunicado su decisión, le aseguraba estar "muerta de miedo", pero ese "muerta de miedo" nada tenía que ver con el "muerta de miedo" del jueves pasado. ¿A qué Adara de las dos nos tenemos que creer? A la del jueves me la creo sin ninguna duda, a la que no me creo es a la de anoche. Lo siento, pero no.
Lo de anoche suena a que tras ver el cuidado y el mimo de Supervivientes All Stars -por tener tuvo hasta mensaje de su novio minutos antes de comunicar su decisión- Adara Molinero se sintió ya en su salsa. Se vio alabada, halagada, cuidada y fue más que suficiente para tomar la decisión inesperada, especialmente después de lo que vivió el jueves. La decisión de quedarse.
Pero más allá de quedarse, fue lo que vino después. Fue el paripé del helicóptero. Porque si el jueves sí que estaba claro y sí que era verdad el sufrimiento y el terror que sentía con tirarse del helicóptero, anoche todo sonaba a patraña, a espectáculo, a show. Fue lo que ocurrió después en la palapa, donde el enfrentamiento con sus compañeros, en particular con Marta Peñate, sonaba a lección más que aprendida, a guion bien estudiado. A la Adara Molinero de anoche en Supervivientes All Stars resultaba muy difícil creérsela. Me creo a la Adara Molinero del jueves, pero no a la de anoche. La de anoche fue la Adara de los realities, del espectáculo, del circo.
Tras más de media hora esperando a que comunicase su decisión -había que esperar a que terminara el partido de la Eurocopa en La 1 para que arrancase la primera gala de Supervivientes All Stars- y tras su lanzamiento del helicóptero, que se hizo eterno hasta para Jorge Javier Vázquez, pues era que sí, que no, que sí, que no, que sí, que no... Adara entró en la palapa como un elefante en un garaje. La paciencia de Supervivientes All Stars con Adara Molinero pocas veces se ha visto con algún concursante. Pero eso es lo que quería Adara que Supervivientes mostrara como fuese que la querían ahí y que harían cualquier cosa por tenerla ahí. Una vez superado el ataque de pánico del jueves, Adara necesitaba eso, ser la súper estrella.
Y entonces llegó a la palapa feliz como una perdiz. Y cuando Jorge Javier Vázquez preguntó al resto de supervivientes qué les parecía que finalmente Adara Molinero concursara estallaron las chispas, estalló Adara, volvió la Adara que durante todos estos años, y ya van unos cuantos, la han convertido en una imprescindible de los realities.
La gran bronca de Adara y Marta Peñate en Supervivientes All Stars
Empezó Marta Peñate, la cual no ha engañado a nadie diciendo en muchas ocasiones que Adara no es santo de su devoción, advirtiendo que le parecía muy bien que Adara concursara, pero que las condiciones en las que venía no tenían que ver nada con las del resto. ¿Dónde está la crítica y el ataque en algo que es una verdad como un templo? Mientras el resto de leyendas de Supervivientes llevan tres días sin bocado que llevarse a la boca, durmiendo en el suelo sin ni siquiera una triste lona, comidos por los mosquitos -la espalda de Abraham García es un cuadro de George Seurat-, aguantando la lluvia, etc., Adara ha estado en las cabañas habilitadas en Cayo Menor no digo poniéndose ciega, que dudo mucho que la organización se lo haya permitido, pero, sin duda alguna, en mejores condiciones que sus compañeros. Durmiendo en un colchón, con comida, con ducha, con aseo para mear y cagar en paz... Sí, sí ríete tú, pero cuando estás allí esa son las prioridades.
Marta Peñate dijo lo mismo que dijeron Olga, Abraham, Lola o Jorge Pérez. Algo normal, la realidad, y Adara Molinero supo llevarlo perfectamente al terreno que mejor controla. Tanto que hubo un momento en que dejó a sus compañeros ojipláticos cuando se levantó y soltó un "esto es increíble, yo me largo de aquí, me piro". A los cinco segundos, descojonada de la risa, se volvió a sentar con un "que no, que es broma". ¿En serio? Las caras Juan, las caras...
Y, sobre todo, fue su actitud con Marta Peñate. Saltó cual resorte en cuanto Marta Peñate abrió la boca. Sí, es verdad, que hay una guerra abierta entre ellas desde hace mucho tiempo, pero anoche Marta Peñate no quería atacarla a ella sino que quería visibilizar que sus condiciones no eran las mismas que las del resto. Como dijo Olga Moreno, no es por ser Adara Molinero, sino por la situación. Hubiese dado igual si hubiera sido Pepita o Menganita. Pero Adara sabía muy bien cómo utilizar esta baza a su favor y vaya si la utilizó.
"Creo que eres tú la que quieres aprovechar el momentopara intentar hacer creer a la gente que te sientes atacada, no es porque sea Adara", le señaló Marta Peñate repitiendo en varias ocasiones que no ponía en duda lo que le ocurrió el jueves, porque efectivamente, nadie lo pone, pero sí que Adara entra con una ventaja que el resto no tienen. Sin embargo, Adara Molinero se lo llevó a su terreno, a esa guerra entre las dos: "Eso es lo que has hecho,destrozarme durante 8 añosa todo reality al que he ido. La diferencia entre tú y yo es que yo no hablo de tí. Me has juzgado como mujer, como amiga y como todo".
Solo Sofía Suescun supo qué tecla encender para dar en el clavo. La ganadora de Supervivientes 2018 dijo lo mismo que el resto de sus compañeros, pero con un añadido: "Ella no tiene la culpa de lo que le pasó el jueves". Con eso a Adara Molinero le bastó y le sobró. Aunque estoy convencida de que si Marta Peñate hubiera empezado diciendo lo mismo la bronca hubiera sido la misma. Tres días dan para pensar mucho y Adara los ha tenido.
De hecho, la que acabó hundida, pidiendo irse fue Marta Peñate. La colaboradora no está pasando por su mejor momento y Supervivientes All Stars le ha venido muy grande. Le está costando muchísimo adaptarse y pasa más tiempo llorando que haciendo cualquier otra cosa. La bronca con Adara anoche la hundió más en el pozo. Pero, fíjate, cómo son las cosas. Mientras Adara pide comprensión por lo que le ocurrió el jueves, pide que no le ataquen por haber entrado tres días después, a Marta Peñate la machaca y no muestra ni un ápice de empatía con ella cuando la ve tan hundida como ella estaba el jueves. Es la doble vara de medir. Así es muy difícil creerla.